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Ambliopía (ojo vago )

La ambliopía u "ojo vago" es una afección en la que la función visual de un ojo está subdesarrollada mientras que la del otro ojo es normal. La ambliopía es un problema frecuente que afecta aproximadamente a un niño de cada cuarenta.


La visión se desarrolla durante los primeros dos años de vida y continúa más lentamente hasta alrededor de los 8 años. Dado que cada ojo envía una imagen ligeramente diferente al cerebro, los ojos y el cerebro tienen que aprender a trabajar juntos para que las imágenes de ambos ojos se procesen correctamente en una imagen nítida.

Si hay un problema con la visión en un ojo (por ejemplo: miopía, hipermetropía o astigmatismo importantes, catarata o defectos u opacidades en la córnea), se interrumpe este proceso de aprendizaje. El cerebro detiene el desarrollo de la visión normal en ese ojo y se concentra sólo en las imágenes procedentes del ojo no afectado.


No es raro que niños con ambliopía importante puedan no darse cuenta de estar utilizando un solo ojo y realicen sus actividades habituales de forma prácticamente normal.

Cuanto más temprano se detecta y se trata la ambliopía, mejor suele ser el resultado o pronóstico visual. El tratamiento durante la primera infancia (hasta alrededor de la edad de siete a nueve años) por lo general puede revertir la ambliopía. Después de esta edad, el tratamiento suele ser menos útil, pero puede mejorar la visión en algunos casos. Un niño con ambliopía que no recibe tratamiento puede tener una mala visión para el resto de su vida.


Los síntomas de la ambliopía

Aunque en muchas ocasiones no puede apreciarse ningún signo externo de alarma, hay unos signos que pueden indicar que el niño tiene ambliopía:

  1. Desviación de un ojo hacia adentro o hacia fuera, sobre todo si es siempre el mismo ojo.
  2. Sensación de que los ojos no parecen estar trabajando juntos.
  3. Sensación de que el niño no es capaz de juzgar la profundidad correctamente.

¿Cómo se trata la ambliopía?

El tratamiento precoz de la ambliopía es muy importante, y de no llevarse a cabo, el niño nunca podrá desarrollar una visión normal en el ojo afectado.

Es muy importante una buena corrección óptica con gafas si existe algún problema de refracción para conseguir que el ojo afectado trabaje en las mejores condiciones posibles en el momento de comenzar el tratamiento. La utilización de parches oculares y determinadas gotas para los ojos también son eficaces.

Parches oculares

La oclusión del ojo bueno con un parche ocular es la forma más común de tratar a los niños con ambliopía. Esta forma de tratamiento al principio puede no resultar muy agradable para el niño, ya que tiene que hacerse valer con el ojo de menos visión, pero es muy importante la insistencia en el tratamiento dado que el objetivo final que se busca es la obtención de una buena visión para la edad adulta.

Es importante por tanto estimular su uso mediante actividades visualmente agradables para el niño (dibujos animados, videojuegos..)

La pauta y duración del tratamiento es muy variable. Algunos niños pueden usar el parche durante sólo unas pocas semanas y lograr una mejoría permanente, mientras que otros pueden necesitar usar el parche por más tiempo, durante meses o incluso años.

Gotas oculares

Otra forma de tratamiento es la instilación de gotas oculares que producen visión borrosa en el ojo sano. Se persigue de esta forma el mismo objetivo que con el parche: forzar el trabajo del ojo ambliope para que pueda mejorar su visión.

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